viernes, 14 de febrero de 2014

Cruce de caminos

Comenzaba el año y Luis María Ansón en el periódico El Mundo dedicaba una de sus "cartas boca arriba" a Rosa Díez (04.01.14), dirigiéndose a élla como Presidenta. http://www.elmundo.es/opinion/2014/01/04/52c87216268e3e2c0b8b4576.html
 
En élla le instaba a presentar una moción para que el Congreso se tuviera que definir  rechazando el plan secesionista de Arturo Mas, ante la escalada de "hostilidades" que plantea la consumación de su hoja de ruta.
 
Poco menos de un mes después y tras la interpelación del Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia al Gobierno via @Montoro, UPyD presentaba hoy la moción para que el Congreso se pronunciara sobre el plan secesionista y dando la oportunidad a la Cámara, casa de todos, a rechazar dicho Plan antes de que se siga cometiendo el atropello inconstitucional que se lleva realizando por el incumplimiento reiterado de sentencias del TSJ y del propio TC, según reza en la propia interpelación de UPyD al Gobierno del pasado miércoles, y la posible "consulta", cosa que como muy bien exponía la portavoz de UPyD, parecía que se hubiera actuado como si ya se hubiera consultado.....
 
 
Es obvio que el callejón sin salida en el que los propios nacionalistas catalanes pretenden meter a la sociedad española en su conjunto, se configura desde el momento en que se permite llegar al mismo y sin utilizar todos los instrumentos que la Constitución sirve al Estado de Derecho para dejar cada cosa en su sitio y por su nombre. Tensar la cuerda (palabras del propio Montoro) es tirar de dos extremos, cuando lo que uno de los extremos debería de hacer es recoger la misma.
 
Por eso la única salida es el propio camino a la inversa, o sea, echar marcha atrás. Para forzar el impulso de la "reversa" es necesario utilizar todos los mecanismos que el Estado de Derecho reconoce a las autoridades nacionales ,guardianes de nuestra democracia.
 
Los planes secesionistas, independentistas presentados por los nacionalismos vasco y catalán se dibujan cuando el Estado se encuentra inmerso en una crisis política e institucional de gran calado o calibre. No contemplan una realidad que no les incluya, no contemplan una España actual.
Ahora que emerge con fuerza una tercera vía, una tercera España, que evitaría el "chantaje nacionalista" al que nos han tenido acostumbrados durante 30 años, reflejado en los PGE cada ejercicio, ahora es cuando quieren romper la baraja.
 
La forma de perforar ese muro que pretenden levantar los que no conciben un Estado moderno y unido del siglo XXI, en mitad de la globalización, es la propia Carta Magna. Pero sobre todo, es regenerar la democracia y el texto constitucional para reafirmar nuestra identidad como pueblo, para reafirmar nuestra apuesta por el futuro y por una democracia auténtica, consolidada, basada en una verdadera separación de poderes y en sus instituciones que utilizan el mérito y la capacidad profesional para contratar y ubicar a las personas en sus puestos de trabajo y que lucha decididamente contra la corrupción y el "nepotismo ilustrado" (con múltiples ejemplos)  desde el propio texto de las leyes, que sirven al pueblo y no a la inversa.
 
Esta encrucijada o cruce de caminos, este crossroads, no es pura casualidad, Se define por la necesidad del cambio, la urgencia de elegir un aire nuevo, de provocar una nueva realidad que se escriba sin mayúsculas pero con letra firme.
 
Los ciudadanos tienen la oportunidad en los próximos meses de pronunciarse, de elegir, de dejar que nadie elija por ellos, de ubicarse y de ubicar a esta España que espera en la antesala del reloj, a que alguien, a que todos, anunciemos una "nueva hora"....