miércoles, 20 de noviembre de 2013

"¿MONTES_QUIÉN?"


El pasado martes, el acuerdo entre el PP, PSOE, IU, CIU y PNV propiciaba la elección de los 20 magistrados del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), para su renovación.
 
El reparto se había realizado de la siguiente forma:
 
PP 10
PSOE 7
IU 1
CIU 1
PNV 1
 
Quedando excluido del mismo por voluntad propia UPyD.
 
En el artículo 122 de nuestra Constitución se establece que el Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del mismo (poder judicial). En este artículo figura que el CGPJ estará compuesto por un Presidente y por veinte miembros nombrados por el Rey. De estos 20 miembros según el precepto, 12 se elegirán entre ellos mismos entre Jueces y Magistrados, 4 serán elegidos a propuesta del Congreso y otros 4 a propuesta del Senado por mayoría de 3/5.
 
Lo que sucede es que en el año 1985 con mayoría absoluta del PSOE y Felipe González como Presidente se establece la Ley Orgánica del poder judicial (vigente hasta julio de 2014) y que será modificada por la ley orgánica 2/2001 de 28 de junio sobre Composición del CGPJ (gobierno con mayoría absoluta del PP de José María Aznar).
Tras esta modificación el nombramiento de los 12 magistrados sigue el siguiente procedimiento: cada cámara propone 6 vocales con mayoría de 3/5 para la elección.
 
Si añadimos estos 12 miembros totales de las dos cámaras más los 8 que ya establecía la propia Constitución, los 20 magistrados los elige el poder legislativo representado por las dos cámaras.
Por tanto, la independencia del poder judicial respecto al legislativo queda totalmente en cuestión.
 
Es decir, se ha creado un sistema de nombramiento que queda lejos de la propia Constitución y que mezcla o hace interdependientes a ambos poderes. Aún así también es reformable lo que aparecía en la propia Constitución con los 8 miembros designables por las dos cámaras.
 
Parafraseando y cambiando un poco la pregunta de  la periodista Victoria Prego en su genial editorial de El Mundo de el día de ayer habría que poner en boca de estos Partidos la pregunta: "¿Montes_quién?"
 
Si además de lo anterior nos vamos a los programas electorales de dos de los Partidos que se han repartido la "tarta", nos encontramos con lo siguiente:
 
- Programa electoral del PP de las elecciones generales de noviembre de 2011: página 179 punto 11:
 
"Promoveremos la reforma del sistema de elección de los vocales del CGPJ para que, y conforme a la Constitución, 12 de entre sus 20 miembros sean elegidos de entre y por  jueces y magistrados de todas las categorías"
 
Recordamos: 19 de noviembre, 2 años después,  PP 10 magistrados CGPJ


 
- Programa electoral de IU de las elecciones generales de 2011: "El sistema constitucional español ha sido incapaz de conseguir la independencia del poder judicial. La utilización partidista de órganos como el Tribunal Constitucional o el CGPJ o la Fiscalía del Estado, es tan clara que está minando la propia credibilidad de la Justicia. Es necesario garantizar la independencia del propio poder Judicial."
 
 
(Páginas 48 y 49, punto 8. Propuestas para reformar la Justicia)
 
Recordamos: 19 de noviembre de 2013, 2 años después, IU 1 magistardo CGPJ

 
Y tras este repaso a la memoria colectiva, cualquiera de nosotros se preguntaría:
¿la propia crisis ha hecho también cambiar estos puntos esenciales del programa de estos Partidos?
 
Quizás no. Quizás lo más evidente es que nuestra democracia tiene un largo camino por recorrer, un andar totalmente RETRASADO por imperio de los viejos partidos, que piensan que la arquitectura democrática se construyó una sóla vez y no necesita ningún tipo de Reforma o apuntalamiento, porque sostiene su propio sistema partidista que no es el que los ciudadanos reclaman a estas alturas del siglo XXI, es la "chiringocracia" tan campante de siempre.
 
La democracia es un camino que ha de andarse, ha de asfaltarse, ha de reorientarse y reformarse las veces que haga falta para adaptarse a los retos de la sociedad.
 
Y si los pilares básicos de la misma, si la separación de poderes no está bien definida o clara, el sistema se resquebrajará por dentro hasta que no se planteen las Reformas que lo hagan ser columna e instrumento.
 
No sólo es un poder judicial que no es independiente en lo que se ha comentado hasta el momento, además en la elección de magistrados del Tribunal Constitucional, Supremo o en la propia independencia de la Fiscalía General del Estado.
 
No sólo tenemos grandes medios de comunicación locales y nacionales cuyos directores no hacen ningún esfuerzo por mantener una linea editorial independiente, o algo que se parezca a la independencia, así como los medios televisivos o radiofónicos, contando escasas excepciones y profesionales que aún así hay que reconocer que luchan contra corriente y están haciendo una batalla por la democracia, para todos.
 
No sólo hay un sistema politizado que llega a las grandes finanzas, a las empresas e incluso a la propia educación en las escuelas o a los servicios sociales y sanitarios, que deberían ser iguales para todos los españoles, tergiversados desde nacionalismos o regionalismos impropios de un Estado moderno.
 
Incluso el poder ejecutivo se confunde frecuentemente con el legislativo, porque este no puede ejercer las labores de control propias de una democracia de forma efectiva, al estar unidos por el origen, por la misma urna en su definición o nacimiento. La mayoría de la Cámara no controla al Gobierno que sustenta. Por no mencionar la propia ley electoral que nos tiene dibujada una cámara mezclada de representantes y territorios sobre otros que son sólo representantes.
 
Este es nuestro Leviathán español. Y todos aquellos que seguimos pensando en Montesquieu, todos los que creemos en la Revolución de los ciudadanos para reconquistar nuestra democracia y reinventar la palabra POLÍTICA como el fénix que resurge de estas cenizas de bipartidismo arcaico, necesitamos una REGENERACIÓN con "R" y no con "D" como la que promueven los ya mencionados PPSOEIU y nacionalismos.
 
Los ciudadanos seguimos teniendo la palabra, queremos usarla y debemos hacerlo.
 
No "es lo que hay", ELIGE y COMPRUEBA
 
 
 
 
 
 

 



lunes, 4 de noviembre de 2013

Una nueva vanguardia política de génesis ciudadana

"Seremos el partido de vanguardia que el país necesita", con estas palabras el gran Savater abría el II Congreso de UPyD.
 
Unión Progreso y Democracia surgió de una plataforma de ciudadanos decididos a crear una nueva vía, una tercera España constitucionalista pero profundamente reformadora, empeñada en transformar nuestra sociedad y en dotarla de una DEMOCRACIA con mayúsculas desde una perspectiva nacional y transversal, es decir: ideas versus ideología. Un nuevo concepto de la política en nuestro país.
 
Esta Plataforma fue la primera allá por 2007 en poner en claro que había que cambiar la ley electoral para que el sistema fuera más representativo y para que el voto de cada ciudadano valiera lo mismo independientemente de su lugar de residencia dentro de España.
 
Actualmente sólo UPyD como Partido está recogiendo firmas para cambiar esta ley electoral además de llevarlo como Programa Político y condición "sin equanum" para poder alcanzar cualquier acuerdo con otras fuerzas.
 
Durante este Congreso más de 3.700 enmiendas, con cientos de candidaturas a delegados y a otros órganos del Partido, a las que han podido acceder los afiliados de UPyD, demuestran con hechos que cuando se exige democracia externa, primero hay que disponer de la misma dentro de cada casa.
 
Saliendo a la calle a través de mesas informativas, sin que sea periodo electoral, o a través de escenarios donde los ciudadanos toman la palabra; debatiendo sobre cuestiones de las que apenas hablan los viejos Partidos y que tienen que ver con la génesis de la democracia, con sus pilares, mirando hacia el siglo XXI desde la Unidad de España y desde sus diversos pueblos pero con la misma idea de pais en todo su territorio.
 
Aquí no hay castas, aquí la inmensa mayoría somos ciudadanos que venimos a luchar por el futuro de los que están ahora y de los que vengan mañana.
 
Y no contamos con la facilidad que disponen otros Partidos para poder explicarse públicamente a través de los medios e incluso con obstáculos e impedimentos para que la gente nos conozca y pueda elegir con INFORMACIÓN.
 
Los ciudadanos deben crear las sinergias posibles para que existan instrumentos que sirvan de cauce de representación y de participación para la sociedad. La democracia se retroalimenta de sí misma a través de la participación. UPyD como grupo es un instrumento abierto a los ciudadanos.
Obligar al sistema a ser crítico, transparente y decididamente combativo con la corrupción sólo puede hacerse desde las conciencias individuales de cada ciudadano que no sólo vota, ELIGE.
Si el ciudadano decide participar se dará cuenta de que puede cambiar las cosas puesto que cada ciudadano de este país es necesario para abordar lo de todos.
 
Los ciudadanos nos estamos organizando en estos nuevos Partidos, en esta vanguardia que la historia de España en estos momentos nos exige a los que estamos aquí y da igual la edad, da igual el tiempo, da igual la espera, lo importante es que SABEMOS QUE TENEMOS QUE HACERLO, esta es la particular REVOLUCIÓN CIUDADANA en España, por la libertad, la justicia y una nueva democracia.

Hay otra España, otro país SÍ es posible y necesario, ahora más que nunca
 
Este es el día....